domingo, 28 de diciembre de 2008

Un nuevo miembro honorario y el fin de los tres meses

por Dr. Rocktor Alegría

Cuando nos dieron nuestros diplomas y nos explicaron ese proceso de tres meses que se deben pasar como nebulosa para probar el funcionamiento, etcétera; mirar hacia el futuro y pensar en ese día era dificil, por lo lejano, por lo temprano, por lo inexperto, o por lo asombrado.

El mundo de la risaterapia me ha dado tanto en este tiempo que me faltan palabras para describirlo; tal vez porque no lo intento, o tal vez porque casi todo el que lee estas letras sabe a lo que me refiero, esperar durante 6 días de la semana para que llegue ese día de visita, y que esas dos o tres horas se pasen como si fueran diez minutos, en compañía de mis amigos, de mis hermanos de nariz roja, en compañía de tantos niños (y hasta de sus familias) y principalmente en compañía de mi niño interno... El mundo de la risaterapia me ha ayudado a salir de momentos muy difíciles, mediante el axioma que ahora siempre predico: Yo soy el dueño absoluto de mi alegría.

Qué mejor forma de festejar el fin de estos tres meses, que pasando por el hospital a recoger alegrías. Y vaya sorpresa que nos esperaba en la puerta, un nuevo miembro honorario de Vulpécula Crux, el Dr. Saurio, pero esque cabe mencionar que fue en verdad una maravilla compartir con él la visita; deberían verlo multiplicando conejos en la mano de una niña(y tan caro que esta ahora el kilo de zanahoria de hule espuma), cooperando conmigo a la malabareada pero él con sus simpáticos 3 cochinitos, siempre apoyando nuestras propuestas y exprimiéndonos las carcajadas con las suyas; también debieron ver a la Dra. Toy Aki continuando con la ya famosa línea de pasos de baile y "El paso del gruñido", pero ahora inovando en el ramo del diseño de joyería con pulseras, anillos, coronas y todo cuanto es necesario para la ornamenta de una princesa. No crean que yo nadamas los veía, también daba lo mejor de mi hipnotizando a un chaparrito que no me quitaba la vista de encima, reclamándole a toda la gente que se reía de nosotros y realizando pavoscopías gigantescas y con resultados inmediatos.

¿Qué me llevo? El salir del hospital empapados de risas de niños, de abrazos del personal médico, de miradas enternecedoras de los acompañantes de los niños y hasta el irnos entre aplausos de la gente que se encontraba en la sala de espera mientras unos y otros decían: gracias... gracias... gracias...

Creo que nos agredecieron suficientes veces como para repartirlas entre todos ustedes, porque se lo merecen y porque son parte de este sueño que vivo día a día.
Gracias Dr. Koz Miko Zuru
Gracias Dr. Ketoroloco Victor
Gracias Dr. Kubo Jorge
Gracias Dr. Llulvius Julvio
Gracias Dr. Mayito Mario
Gracias Dr. Mil House Diego
Gracias Dr. Musi Carlos
Gracias Dr. Naso Rosso Dani
Gracias Dr. Tanino Nino Emmanuel
Gracias Dra. Chiquitolina Karina
Gracias Dra. Coqueta Croqueta Elisita
Gracias Dra. Frijolito Chispolero Andrea
Gracias Dra. Toy Aki Libi
y especialmente GRACIAS Dra. Yayis Sasirnos Klawn por encender esta chispita en todos nosotros.

¡Oigan! Y me alcanzaron las gracias para todos los MIEMBROS HONORARIOS de la todavía nebulosa Vulpécula Crux:
Gracias Dra. Ziru Hanna Yenas
Gracias Dr. Io Sylef Carlos
Gracias Dr. Mento Julio
Gracias Dr. Chango Chicloso Iván
Gracias Dr. Guasave Juan
Gracias Dr. Cesar Ampión César
Gracias Dr. Saurio Héctor

De cada uno de ustedes hemos tomado algo y esperemos que algún día podamos retribuirles lo que han hecho e influido en nosotros.

Gracias también a ti Dr. PonAquíTuNombre porque en el pedacito de mundo en el que te tocó vivir, te vistes tu bandera de la paz, te pones tu corazón en la nariz y sales a la calle todos los días a cooperar alegremente con la sociedad.

...GRACIAS

martes, 9 de diciembre de 2008

¡¡¡Una visita GENIAL!!!

por Dra. Coqueta Croqueta (alías Elisa V)

Así es como describiría la visita de este sábado, 6 de diciembre del 2008… la primera visita a la que asistí que hicimos nosotros solos, Vulpeculianos, sin alguno de nuestros maestros (los Oriones, o la Dra. Ziru Hanna :D)…

Empezando desde un calentamiento diferente y un foráneo visitante... en camino al respetable lugar de trabajo, encontramos una mujer enamorada que cortaba los pétalos de una flor… ¿Me quiere? ¿No me quiere?... ¿Me quiere?... Una pareja que nos acompañó en nuestro camino, a la cual agradecimos cantando la clásica pieza de bodas… tan tan TAN TAN! Ta ran ta TAN…

Un camino arduo y sinuoso (cosa que descubrió la Dra. Yayis de regreso a la base de operaciones… esperamos su dedo se recupere :), camino tan largo que instó al Rocktor Alegría a pedir un aventón:


Al llegar… la emoción!!! La felicitación!!! La chispita en los ojos!!!

Al entrar nos encontramos con muchas caras ansiosas de reír, mentes ansiosas de jugar con nosotros (aunque no lo supieran), niños internos entumidos con ganas de saltar y jugar junto con los otros, fue ahí, al ver tanta imaginación adormilada, que mis ganas se encendieron y comencé con mi labor, un abrazo por aquí, una persecución por allá… Fue en este primer lugar en donde la visita se convirtió de buenas a primeras en una de mis favoritas… al abrazar a una mujer mayor sus lágrimas salieron a saludar… me llegó al corazón, a ese que todos ven, el que está entre los ojos y la boca…

Muchos agradecimientos de parte de las personas ‘grandes’, muchas ganas de jugar de parte de los niños descansando… mi primera incursión sola con una pequeña, que, al darle la varita que nació para ella, sólo quiso una cosa, jugar con un cachorrito canino… su mamá riendo, y niño que necesitaba un coche gigante de control remoto, mi primer examen de mis clases de masajes…

Conocí a Yahír, de La Academia, quien no quiso cantar para nosotros… mi maestra de masajes casi acusa a una niña con Santa Claus porque no quería tapar a su ratón… y hacía frío…

A continuación… un pequeño mago a quien le hicimos llegar su varita mágica… se nota que nació para eso, pues en el momento en que se la entregamos, ¡!comenzó a practicar!! Sin dificultad alguna: un pez globo, un león, un diente, una nariz, un pez globo frito… (tantas transformaciones, y aun nos faltaba jugar con muchos!!) Cuando el pequeño mago decidió dejarnos libres (Dra. Coqueta Croqueta, Dra. Frijolito Chispolero y Dr. Koz Miko) fuimos partícipes en un juego de base ball, segundo detalle de la visita que hizo que mi nariz se cargara de energía y emoción, y ¡¡a seguir jugando!!

Un pequeño que no dejaba de llorar… y una melodía que lo tranquilizó, con una coreografía de lo más sincronizada, jajaja… una pequeña que sólo quería disfrutar del aire fresco de la playa, un muchacho a quien mi compañera por poco y le vende uno de los pollos de mala calidad que ofrecía, por suerte, yo le ofrecí el mejor y no lo desaprovechó la oferta; a continuación, un niño que no quería cualquier pollo, quería un pollo personalizado, que con la ayuda de Koz, y después de muchas indicaciones por parte del creador, conseguimos crear esa nueva raza… claro, pedimos algo a cambio… una cara de pez globo, una cara de almohada (la mejor que he visto en mi vida) y, por supuesto, una sonrisa, la más valiosa que obtuve junto con mis compañeros de travesía.

¡¡Se queman lo Frijoles!! ¡¡Se queman los frijoles!! Sin darnos cuenta, y con el calentamiento tan arduo, ¡¡olvidamos apagar los frijoles!!

Una serenata, dos piñatas, evitar un derrumbe, mi trabajo como recuperadora de niños caídos, una abejita, un niño con muchos gemelos idénticos, una sorprendente pavoscopía a puertas cerradas, una pavoscopía resultando con muchos pavos, ALELE!!, ¡Chuchu Wa!… abrazos de: ‘Hasta pronto’, ‘Vuelvan pronto’, ‘No dejen de visitarnos’…


Y al final… la misma mujer enamorada, quién al preguntarle, nos confirmó…
¡¡¡¡SÍ LA QUERÍA!!!!

El Doctor que descubrió su habilidad para hacer pollos con espinas...

por Dr. Koz Miko (alías Jorge Zurutuza)

El Doctor que descubrió su habilidad para hacer pollos con espinas, antes de que encontrara al pavo disfrazado de lobo, todo mientras buscaba al señor lapicero

El día más alegre del año (ósea en una visita), fue el día en que encontré mi más grande habilidad. Y pensar que se me había ocultado como ese calcetín que siempre se esconde en la secadora, con tal habilidad, que a veces es casi imposible encontrarlo… pero, ¿Cómo sucedió tan grandiosa revelación? Como toda buena historia, pasó durante una larga travesía por los pasillos del hospital, donde lleve a cabo una cacería, cruce selvas llenas de animales exóticos (y no tan exóticos), en donde logre descubrir el pavo que estaba disfrazado de lobo y finalmente descubrí, lo que no esperaba encontrar… pero todo desde el principio… ¿no creen?, Primero recuerdo encontrarme en un pasillo selvático, buscando a un tal lapicero que se había perdido, todo por indicaciones de la Dra. Frijolito, recuerdo que inicie mi trayecto por la selva y empecé a llamar a gritos al señor lapicero, por todos lados, pero este, aún al escuchar mis gritos, -de una forma muy maleducada-, no se dignaba a aparecer (me recordó a la tal puerta que aun hasta hoy, sigo buscando), seguí caminando en ese paraje selvático, tratando de avanzar entre la intensa maleza y fue entonces que me tope con un pequeño mago quien se divertía trasformando a las personas en animales, gustoso, decidí alegrarle el día y probar nuevas formas y fue así como pase de ser un gato a una serpiente y de un pez globo a una vela (nunca entendí que hacia la vela en la selva ni como ayudaba esta al ecosistema); después de reírse un rato el poderoso mago decidió dejarme en libertad y proseguí mi búsqueda del señor lapicero por la selva, esperando que no se lo hubiera comido un tigre o algo, y así fue como llegue a una cancha de béisbol, algo que definitivamente no esperaba encontrarme en medio de la selva, pero ahí estaba, en medio del paraje aquel, y lo primero que note fue el pequeño bateador que se encontraba al centro de la cancha, fue su bate blanco, el cual blandía con fuerza lo que mas me llamo la atención en él, proseguí mi camino en medio de tantas pelotas, hasta que regrese de nuevo a la selva donde en un páramo me tope con dos exploradoras, quienes cantaban armoniosamente una bella melodía, así que encantado por esta (y por las bellas exploradoras) decidí unirme al coro, tan maravillosa era su canción que deseo recrear parte de ella en estas breves líneas: La-la-la-la… La-la-la-la… después decidí seguir mi travesía con las dos amables exploradoras y de esta manera integrarlas a mi búsqueda; después de caminar y caminar, llegue a sentirme exhausto y aletargado, así que decidí sentarme, aprovechando que mis nuevas compañeras hablaban con un pequeño morador de esa inhóspita selva. El morador nos indicó que estábamos cerca de encontrar al señor lapicero pero para indicarnos el camino que debíamos de seguir necesitábamos darle algo a cambio, así que empecé a buscar en mis bolsas algo que ofrecerle y lo único que tenia era un pollo desinflado, rápidamente puse manos a la obra y decidí infundirle un poco de ánimos soplándole, y así fue como lentamente, el pollo adquirió forma, pero el pequeño morador no conforme con esto, pidió que el pollo tuviera: cola de rayo, muchas espinas, estuviera hambriento y que pudiera comer un elote, por lo que le pedí ayuda a una de mis amigas exploradoras, la Dra. Croqueta, quien con ayuda de unas pinturas rupestres me ayudo a disfrazar al pollo; al final, logramos convencer al pequeño morador, quien a cambio, nos indico la ruta que debíamos seguir y nos regalo una sonrisa de oro (una extraña moneda que ellos usan y que vale más que las joyas preciosas), fue después de esto cuando celebrando nuestro logro, descubrí mi habilidad escondida, tan secreta, que ni yo me había dado cuenta; entre la Dra Coqueta y yo, habíamos creado un nuevo ser: un pollo con espinas, algo que nadie jamás se hubiera imaginado, habíamos desafiado toda la lógica y las barreras de la ciencia, pero al final, lo habíamos logrado, ¡habíamos creado una nueva especie!, pensé que encontrar mi habilidad innata seria mi ultima aventura en esta selva, pero faltaba algo más (aparte del señor lapicero, que quien sabe donde se había metido)… después de la celebración, proseguimos el camino indicado y llegamos a una cueva, donde supusimos se encontraba el señor lapicero escondido; entramos rápidamente llamando a gritos al señor lapicero, hasta que nos encontramos con más exploradores aterrorizados por que enfrente de ellos se encontraba la peor fiera de esta selva, el lobo amargado, la especie más peligrosa ya que según las leyendas es capaz de impedirte que puedas transitar por la selva y lo más terrible, no te permite jugar con los moradores de esta, por suerte una de las exploradoras que se encontraba en el primer grupo conservo la calma y recordó su entrenamiento y aplicó la única técnica conocida para detenerlo: La pavoscopia, esta es una técnica milenaria que bien aplicada, transformaría al temible lobo en un pavo, la valiente exploradora inicio los movimientos que exige este antiguo ritual, y para sorpresa de todos, ¡tuvo éxito! Ante los ojos de todos los exploradores atónitos el lobo se empezó a transformar en un cariñoso pavo, el cual al adquirir completamente su nueva forma, se decidió, en lugar de comernos como yo temía, a abrazarnos, lo cual sin duda fue la sorpresa más grande que me hubiera esperado… después de este increíble hallazgo, decidimos unirnos todos los exploradores y hacer una ultima visita a los pequeños moradores que se encontraban cerca de la cueva, a quienes les enseñamos la técnica milenaria de la pavoscopia, así como otras que requerían pasos mas elaborados y que atraerían las buenas vibras para ellos y por lo tanto permitirían que el pueblo obtuviera más sonrisas de oro (aparte de que ahora controlaban el mercado de pollos con espinas), finalmente todos los exploradores decidimos dejar la selva juntos y cuando ya nos encontrábamos en camino a nuestra morada, recordé que mi misión era encontrar al señor lapicero, lamentablemente, ya era muy tarde y nos encontrábamos alejados de la selva, así que decidí como reto personal, enfocarme en su búsqueda (junto con la de la señora puerta) en mi próxima aventura… aquí termina mi reporte para los altos mandos de mi descubrimiento personal de esta visita… cambio y fuera Dr. KoZ Miko

lunes, 1 de diciembre de 2008

Visita del sábado

por Dr. Rocktor Alegría

¿Qué pasa cuando te vistes con la ropa más divertida que tienes y subes toda tu alegría y entusiasmo al coche? ¿Qué pasa cuando dos cuadras adelante se sube un hermano de nariz con su respectiva cuota de energía y buena vibra? ¿Qué pasaría si después pasan por otra hermana a su escuela y ella sube su locura e ingenio? Aun cuando hicimos una hora de tráfico en un tramo en el que usualmente no son más de veinte minutos; no queda otra cosa que hacer más que divertirse, comenzar a jugar con la gente que va fastidiada y aburrida en los coches de a lado y dejar salir al niño que tenemos dentro. ¿Se imaginan si al llegar al punto de reunión nos alcanza uno más que trae buen humor y cariño? Esto no puede pintar mal.

El resto, uno a uno fueron avisándonos apenados que no iban a poder ir... Riiiing/Flop... Riiiiiing/Flop... Riiiing/Flop...

Pero fue hasta que estuvimos los cuatro juntos, Dr. Llulvius, Dr. Naso Rosso, Dra. Yayis Sasirnos y un servidor y hasta que empezamos a divertirnos y carcajearnos como siempre, cuando nos dimos cuenta de que eramos el doble de los necesarios para cooperar alegremente; y el resultado fue la visita a hospital más bonita en la que he participado desde que soy médico de la risa, yo se que llevo muy pocas, que somos una nebulosa y que apenas iremos descubriendo lo maravilloso de éste mundo, pero en verdad fue muy especial: con muchos niños y la gran mayoría con una excelente disposición lúdica.

Estrené mis malabares, se armó una cascarita de fútbol, jugamos a "las pegas", hicimos palomitas con extra mantequilla, volamos en aviones que disparaban burbujas y chocolate, ofrecimos nuestro ya famoso servicio de masajes a los papás, cayó un rayo y por poco empieza a llover adentro del hospital; pero fue casi al final cuando me tocaron el corazón, llegué a la última sección de la sala de pediatría que íbamos a visitar y no sé cómo se me ocurrió jugar el rol de un cantante recién expulsado de La Academia y que estaba probando suerte en el hospital; tampoco sé como llegué a la idea de cantar "La del moño colorado" pero lo que me sorprendió fue ver como una bebita de menos de un año se alegró al escucharla y comenzó a mover los pies al ritmo de la música mientras su mamá la cargaba. Hubo coreografía por parte del Dr. Llulvius que empujó la propuesta con el baile norteño sensacional; pero no fue hasta que terminamos, cuando su mamá me dijo "es que es la canción que le canta su papá"... Increíble, me acariciaron el corazón y no tuve palabras para hacer catarsis de tanta felicidad.

Como ya es bien sabido, en la Risaterapia no vamos al hospital a ayudar a nadie, vamos a recoger alegría... Y me da gusto haber aprendido que yo soy el dueño de la mía.


"Deberían venir todos los días"
Papá de Oscar